Título pendiente
Texto añadido por Francisco Murcia
Y
la desgracia también nos toca a nosotros, a todos y cada uno, aunque a unos más
que a otros. Agosto se cayó del calendario, sin ruidos, en silencio, tal como
había llegado. Nada cambió. La mies amarilla en los campos dejó de pasar la
guadaña, segando los tallos a ras del suelo, como segaban los cuellos las
revoluciones de antaño. La miseria, sin embargo, sigue haciendo su agosto, no
importa que el mes haya huido o se haya caído del año, no importa, la miseria
no tiene fecha en el calendario. Los bañistas en la playa, miran extrañados un
punto que las olas mecen en la lejanía, demasiado pequeño como navío, demasiado
grande como canoa. Pasan las horas y aquel punto, ya más cerca, se ha
convertido en un enjambre de cabezas; un rumor sordo llega hasta la playa, las
aguas quedan desiertas de bañistas y las arenas repletas de gente, a la
expectativa, observando aquellos pares de ojos, desorbitados, de bocas
suplicantes, de pieles oscuras y macilentas, de miembros temblorosos que se
extienden, solicitando ayuda. Frente a ellos, en gigantescos carteles que
parecen brillar con vida propia, se anuncian con impunidad obscena, las
delicias de un mundo de consumo exagerado, desmedido, despiadado. ¡Compre,
compre, compre! Un coche, un piso, unas vacaciones en lugares remotos; los
mejores calzados, los mejores vestidos. Y aquellos ojos desorbitados y
hambrientos observan la gigantesca paella de un cartel anunciador, mientras sus
estómagos se contraen, se retuercen de dolor. Los colorados, los azules y
morados, los naranjas y otros más, se han vapuleado en el congreso de lo lindo.
Cañoneras, piden unos para evitar a esta gente que viene a molestarnos y a
robarnos el trabajo; alambradas, piden otros, para impedirles el paso, y
aquellos que se dicen más humanos, quieren centros de acogida, medicinas y
alimentos para esta pobre gente, pero ninguno de ellos lleva a un indigente a
casa. Todos ellos se están bronceando, mientras contemplan, impávidos, como
arriba la patera con 60 personas vivas y una decena de muertos. La tierra sigue
girando, los inviernos y veranos se suceden, los volcanes siguen vomitando
fuego, creando y destruyendo vida, como siempre lo han hecho. Los políticos
discuten mientras el planeta sufre las consecuencias de intereses
inconfesables. Los agosto siguen pasando, las pateras siguen viniendo y los
políticos cobrando, sin que ofrezcan solución a los problemas creados por pura
y simple ambición. Otro agosto se ha pasado y ha sido otro agosto sin cambios.
Texto añadido por Matale Arozena
Texto añadido por Matale Arozena
Bueno, pues si, ya
Agosto nos dejó, como está diciendo en la radio un comentarista que me encanta,
Paco Murcia, aunque hoy ha bajado un par de puntos por despertar mi conciencia.
Con lo que me había costado dormirla...
Y el mes caluroso se fue
dando un portazo político, al ocio y sabe Dios a cuantas cosas más.
Está claro que cuando
vuelva no recordará nada de su vida anterior y empezará de nuevo, con una
inercia irremediable, con lo viejo... ¿Con lo viejo? Viejísimo. No hemos
aprendido nada. Pero ¡caray, nada de nada! Ni agosto tampoco.
La historia se repite,
pero los actores, como consecuencia del inexorable paso del tiempo, son
distintos. Actores a los que sus maestros y sus familias parecen no haber
enseñado que los intereses particulares, si no tienen proyección ni se dan la
mano con los de los demás, se convierten en puro egoísmo y obsesión por ser y
estar en una vida superior a la de los demás.
Pero… ¡por Dios! aunque
me tome un somnífero, no descanso. La cabeza me da vueltas, pensando y pensando
en mil y una ideas que se magnifican en mi mente y me cansan más de lo que
estaba. Lo que necesito es irme de mi misma, menuda pamplina he escuchado hoy por
tener tiempo y estar de vacaciones, en un mes que no me gusta, en vez de irme
en mi Agosto del alma.
¡Ay conciencia, con lo
guapa que estás durmiendo...! Lo único que se me ocurre es ponerme a cantarte:
“Arrorró
conciencia
duerme
tu dormir, es mi dormir
que
durmiendo soñaremos,
el
sueño de ser feliz”.
¡Hala, a mumú!, bien
dormidita, por lo menos hoy que no estoy para rollos solidarios ni de educadora
política. Así que meto a mi pseudodormida conciencia en mi bolso “Carolina
Herrera”, me encasqueto mis “Manolos” rojos y me voy a pasarme la tarde,
recogidita en la calle, en mi tertulia de amigas. Espero que no me la
despierten... ¿O si lo quiero?
¡Ay, no sé! Estoy hecha
un lío.
Texto añadido por Teresa Terán
En este mes de agosto no
se habló de otra cosa, sino de elecciones, debido a
Las circunstancias, terminábamos de tener unas.
Se había comentado que habrían nuevas
votaciones y como llegar a permanecer en el poder y desvalorando la magnitud y
tragedia que esto abarca, sin importar sus
consecuencias. La gente esperanzada en un cambió y se había quedado defraudada
al ver que nada cambió.
Vemos como España cuenta con un sistema
multipartidista tanto nacional como autonómico;
la gente dialogando sobre como
quedó dividido y sin mayoría absoluta, todos pactando para su bien, actualmente
hay mucha critica sobre el gobierno por incumplir sus programas y dejar que sus
promesas electorales se las lleve el viento.
Solo miran por su bienestar y no se dan
cuenta lo que está pasando en el entorno, mientras un pueblo lucha para
sobrevivir día a día.
Los impuestos cada día son más elevados y no
te puedes negar a pagar porque los perjuicios son muy perniciosos, buscas
salidas y no encuentras.
Por eso amado agosto espero que cuando vuelvas, sea con mucha prosperidad ya que eres un mes de vacación por
excelencia, y nos invitas a disfrutar de la vida, con ese sin fin de abanico
que nos ofreces, y todo esto que ha ocurrido quede en el pasado…
Y verte sonreír de nuevo, y nosotros poderlo
hacer contigo.